Ir al contenido principal

Entradas

RELATO NÓMADA

DESMATERIALIZACIÓN DIVINA

 Después de un duro e intenso día de trabajo, tuve un presagio de mis tribulaciones futuras, cuando empezaba a conciliar el sueño. Mientras trataba de mantener la tranquilidad, mi inquietud aumentaba cada vez más. A menudo, deseaba vehemente la adquisición de una mayor capacidad mental y es aquella noche cuando me sentí así. Como si yo tuviera en realidad un cerebro privilegiado. No solo tenía una enorme capacidad de cálculo y memoria; además lograba transmutar la materia de un lugar a otro y moverla a mí antojo por el espacio, como si fuera un juego de niños. Desconozco cuál era el germen de semejante milagro, pero empecé a comprobar la veracidad de mis poderes al despertar de nuevo, consciente de que aquello no era un mero sueño. Era real. Ya no veía mi cuerpo, tan solo era consciente de mi ser. Tampoco oía mi respiración y no tenía sensaciones de frío o calor, ni experimentaba emociones. Era etéreo, y, sin embargo, siento que podía controlarlo todo tan sólo pensando en ello...sin ne
Entradas recientes

CUANDO SURGE LA MAGIA

 Como cada tarde, Lucía salía con su guitarra para tocar en las calles más concurridas de Madrid. Gran vía, Sol, Colón, Callao… éstos lugares se llenaban de magia cuando ella tocaba. La gente cambiaba las prisas y el mal humor por un gesto de agrado, que rápidamente se convertía en algo más que eso. Se podría decir que las personas entraban en un estado de éxtasis y felicidad súbita. Todos los espectadores que se agrupaban alrededor de Lucía, intercambiaban miradas cómplices y surgía la magia, el amor y la amistad. Un día la magia continuó cuando la música ya había terminado y la gente se había disuelto; tan sólo seguía un hombre que seguía observando. Ahora ya no se fijaba en la música que Lucía tocaba. Tampoco en su guitarra. Se fijaba en sus ojos, que no paraban de mirarle. La magia continuó durante veinte años… y así nací yo, fruto de la magia.

INMORTAL

 Llevaba semanas andando por un interminable sendero de álamos. Al final del sendero esperaba encontrarme con una casa abandonada, propiedad de mis antepasados. Cuando vi que llegaba al final, los árboles desaparecieron y no vi rastro de casa alguna. Pero al pasar los dos últimos árboles,  aparecí de pronto dentro del enorme salón de una imponente casa. Tenía una decoración victoriana y estaba repleta de fotos antiguas y enormes cuadros con retratos de mi familia. Los grandes ventanales se elevaban desde el suelo hasta el techo, y estaban vestidos con cortinas de seda. Un portón al fondo tallado en madera de roble, daba acceso a otra sala que parecía i. Abrí el gran portón y me topé con una preciosa escalera de caracol elaborada con madera de ébano. Bajé lentamente y empecé a oí unas voces conocidas. Cuando llegué al piso de abajo, me encontré con un enorme comedor y una preciosa y alargada mesa puesta, repleta de comensales. Allí estaba esperándome toda mi familia. Hasta treinta gener

AMARU Y LAS OLAS DEL MAR

 Un día Amaru descansaba en la playa y veía absorto las olas del mar.    -¡Qué bonitas son las olas! pero que pena que se rompan, pensó... Papá ¿No podríamos llevarnos una ola a casa? ¡yo quiero una ola del mar! Quiero conservarla, admirarla, poseerla. Su padre contestó sonriente.    -En casa no cabe una ola. Poseerla no tiene sentido; puedes admirarla cuando vengamos a la playa hasta que te canses. No hace falta poseer la naturaleza para disfrutar de ella, basta con observarla y disfrutar.

EL PLANETA DEL BOSQUE ALEGRE

Un deforme planeta aparentemente desierto escondía un bosque con una milenaria civilización. Este bosque se encontraba en el interior de un vasto cráter de mil doscientos kilómetros de diámetro. Sus habitantes eran humanos, pero con algunas diferencias. Eran más parecidos a un Homo erectus que a un Homo sapiens. Todavía no habían descubierto el lenguaje y se comunicaban mediante mímica. A veces andaban erguidos y otras a cuatro patas. Pasaban gran parte del tiempo subidos a los árboles, saltando de rama en rama, para cazar animales y comer las hojas de los árboles. Yo había llegado accidentalmente allí, pues iba en busca de un planeta diferente llamado La Tierra , con la intención de impulsar su tecnología y desarrollo, pues estaba muy atrasado aún; Pero parece que el sistema de la nave lo programaron mal y acabé aquí. En este bosque tan sólo existen éstos seres. Ellos son lo más avanzado que he podido encontrar. El bosque es precioso y sus gentes tranquilas y afables. Sus sonrisas en

LA ANCIANA DEL MUNDO SUBTERRÁNEO

 En la monótona, solitaria y pintoresca colina vivía una poderosa mujer. Se decía que vivía entre dos mundos. El mundo exterior y el inframundo, sumido en el interior del planeta. Pocas veces se la veía en la colina, pues el mundo exterior no era su hábitat común. Sólo aparecía en momentos puntuales, para resolver algún conflicto en la tierra. Moraba entre los pueblos indios, compartiendo su sabiduría y poder. Recorría el desierto adoptando formas de animales, adaptándose al medio y pasando desapercibida. Ella sólo venía al mundo de los humanos para observarnos y mejorar nuestra sociedad. Un día la encontré en la colina. Estaba mal herido y no podía caminar. La vi a lo lejos. Tenía forma de serpiente. Sigilosamente se acercó hasta mí, arrastrándose por la arena. Sus ojos brillaban y se clavaban en los mios. Su bífida lengua no paraba de moverse. Rodeó mi cuerpo déjandome totalmente inmóvil. Un súbito dolor, acompañado de varios escalofríos recorrieron  mi cuerpo. Sentí que acabaría con

NIÑO DESPISTADO

 Siempre se olvidaba de todo... unas veces la mochila del colegio, otras el abrigo, y otras, se olvidaba de dónde tenía que ir y dónde estaba. En principio a él no le importaba demasiado, pues era un niño, pero en el fondo si le afectaba. Los despistes eran continuos y la gente a su alrededor no le entendía, pero el se sentía bien consigo mismo. Sin embargo, hay algo que él hacía y que otros  parecían olvidar... Y es que él siempre pensaba en que necesitaban los demás y cómo se sentían las personas que había su alrededor. Para eso se diría que tenía una especial atención, y la gran mayoría un gran despiste.